La Procesión de Piedad y Reconciliación que tiene lugar en la tarde del Sábado de Dolores fue aprobada en el año 2005 por petición de otra joven Cofradía, la Hermandad Franciscana de la Virgen de la Piedad.
En esta procesión, tras una breve oración en la sede canónica de la cofradía, la Iglesia Penitencial de San Agustín, la Hermandad acompaña a su imagen titular, la Virgen de la Piedad, hacia un encuentro personal con sus devotos en las parroquias del extrarradio, yendo por las calles más escondidas, buscando realizar en ellas la celebración del Sacramento de la Reconciliación como acto preparatorio para la celebración de la Semana de Pasión. Al término del acto la procesión se dirige por las calles más transitadas de la ciudad hasta volver a su sede canónica, donde tras el rezo de la Salve, la procesión se da por concluida.
La peculiaridad de esta procesión reside en el hecho de que cada año la Cofradía se acerca hasta una parroquia del extrarradio para realizar el acto penitencial de la Confesión.
En la procesión únicamente figura la imagen de la Santísima Virgen de la Piedad, titular de la misma cofradía. Una talla realizada en madera de cedro roja policromada y dorada por los talleres Artemartínez de Horche, en Guadalajara. Este paso representa la tradicional escena o momento en el que la virgen María acoge, soporta y sujeta el cuerpo sin vida de su Hijo.
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